Cirugía ortognática
La cirugía ortognática es una rama de la cirugía maxilofacial que se combina con la ortodoncia para solucionar severas malformaciones faciales y maxilares, donde las malposiciones dentarias adoptan una especial relevancia. Estas mal posiciones dentarias no pueden ser solucionadas solamente con ortodoncia tradicional, ya que el problema también provienen del propio hueso. Un ejemplo de ello es el prognatismo mandibular (ver dibujo).
Suelen afectar al maxilar superior, a la mandíbula o a ambas estructuras óseas. El tratamiento se inicia con una fase ortodóncica pre-quirúrgica en la que el ortodoncista situa los dientes en unas posiciones predeterminadas corrigiendo así las compensaciones fisiológicas, esta primera fase es de seis a doce meses. Posteriormente el cirujano maxilofacial, en el quirófano, moviliza las estructuras óseas pertinentes mediante osteotomías, o fracturas de los huesos, hasta que los dientes entran en íntimo contacto oclusal.
Después de un corto posoperatorio, de 24 a 48 horas, se da de alta al paciente así continua su recuperación en su domicilio. Las fracturas maxilares quedan reducidas gracias a las miniplacas y tornillos y a la aparatología fija ortodóncica. Después de dos meses del acto quirúrgico, el ortodoncista en una última fase de tres a seis meses realiza la ortodoncia post-quirúrgica realizando los ajustes pertinentes de las posiciones dentarias. Las nuevas posiciones de los dientes y maxilares cambian de manera espectacular la dramática apariencia facial del paciente.
La cirugía ortognática requieren de anestesia general del paciente y una internación. También hay que tener en cuenta los riesgos de dicha cirugía ya que puede dejar al paciente sin sensibilidad mandibular y el riesgo de la cirugía en si.
Suelen afectar al maxilar superior, a la mandíbula o a ambas estructuras óseas. El tratamiento se inicia con una fase ortodóncica pre-quirúrgica en la que el ortodoncista situa los dientes en unas posiciones predeterminadas corrigiendo así las compensaciones fisiológicas, esta primera fase es de seis a doce meses. Posteriormente el cirujano maxilofacial, en el quirófano, moviliza las estructuras óseas pertinentes mediante osteotomías, o fracturas de los huesos, hasta que los dientes entran en íntimo contacto oclusal.
Después de un corto posoperatorio, de 24 a 48 horas, se da de alta al paciente así continua su recuperación en su domicilio. Las fracturas maxilares quedan reducidas gracias a las miniplacas y tornillos y a la aparatología fija ortodóncica. Después de dos meses del acto quirúrgico, el ortodoncista en una última fase de tres a seis meses realiza la ortodoncia post-quirúrgica realizando los ajustes pertinentes de las posiciones dentarias. Las nuevas posiciones de los dientes y maxilares cambian de manera espectacular la dramática apariencia facial del paciente.
La cirugía ortognática requieren de anestesia general del paciente y una internación. También hay que tener en cuenta los riesgos de dicha cirugía ya que puede dejar al paciente sin sensibilidad mandibular y el riesgo de la cirugía en si.
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